viernes, 29 de mayo de 2009

que lindo que es el amor

Esta noticia apareció en el Clarín de hoy, las Martas se ponen chochas de contentas con estas cosas.
IUPI!!!


Casi 30 años después, Facebook reúne a una madre con su hijo

El ex esposo de la mujer lo secuestró y se lo llevó a vivir a Hungría cuando tenía solo 3 años. Ella lo buscó sin parar desde aquel 1982 sin éxito. Lo encontró una tía al buscar su perfil en la red social.


Parecía una salida más. Esas de padre e hijo, a pura diversión. Una visita al zoológico Blackpool para pasar un día entre animales y golosinas. Pero algo salió mal aquel día de 1982. Fue la última vez que Avril Grube vio a Gavin, su nene de 3 años. El papá se lo llevó a vivir a Budapest sin que ella supiera. Hoy, 27 años después se reencontraron gracias a la red social Facebook.
En vez de llevar a Gavin al zoológico, tal como había prometido, Joseph Paros secuestró a su propio hijo y, desafiando una orden de la Justicia del Reino Unido que le impedía sacarlo del país, se lo llevó a Hungría. A partir de allí comenzó una batalla campal y legal. Intervino la embajada británica en Budapest, hubo reclamos antes la sede diplomática de Hungría en el Reino Unido y hasta cartas para que la primera ministra Margaret Thatcher pidiera por el chico. Sin embargo, Avril nunca volvió a saber de su hijo. Hungría era un Estado comunista detrás de la Cortina de Hierro. Un país impenetrable. Hasta que en octubre pasado, su tía Beryl Wilson tipeó por curiosidad el nombre completo de Gavin en Google y el buscador le devolvió un perfil en Facebook y la sonrisa. Existía una pequeña chance de que fuera su sobrino. Con más de 200 millones de usuarios y un nombre común las posibilidades se achicaban. Sin embargo, no dudó y le dejó un mensaje. Gavin no era un usuario de Facebook habitual y chequeó su cuenta varias semanas después y respondió con su número de teléfono. Cuando Beryl le contó a Avril, la mujer estalló de felicidad. En 27 años nunca había bajado los brazos. "Lo único que escuché fue un grito enorme del otro lado del teléfono. Avril no podía creerlo", contó Wilson. Gavin se subió a un avión y viajó a ver a su madre, de la que no sabía nada hacía casi tres décadas. Avril quedó discapacitada después de un ataque cerebral y no pudo ir hasta el aeropuerto de Gatwick a buscarlo. En su lugar fue su esposo. "No pude pegar un ojo. Sólo me senté a esperarlo. Y aunque había pasado casi 30 años, lo reconocí de inmediato. Tiene mis ojos", contó la mujer."Hijo hermoso". Esas fueron las primeras palabras que Gavin escuchó de su madre. Se quedó quieto, abrumado. Hasta que se abrazaron. "Fue el día más feliz de mi vida y no tengo palabras para describirlo", dijo Avril. Madre e hijo se las arreglaron para comunicarse, a pesar de que Gavin se había olvidado de casi todo el inglés que alguna vez había aprendido. Y Avril no tuvo tiempo de aprender húngaro. "Durante años intenté de todo, pero nunca pudimos averiguar qué había pasado con Gavin y su padre", explicó Avril a la prensa británica que hoy publica esta historia. Durante el reencuentro, Gavin se enteró de que tiene tres hermanos y Avril de que es abuela de tres: Anastasia (10), Tomas (7) y Angelina (6). Avril pasó años creyendo que su hijo podría estar muerto. Y Gavin nunca olvidó a su madre. Incluso, se volcó a Internet desde 2006 –tras la muerte de su padre- para buscarla. Tres años después, Facebook hizo el milagro.

miércoles, 27 de mayo de 2009

Julián Gallo en TEA

Creo que la mayoría de los blogs de la materia lo dijeron, "no nos cambió en nada", o por lo menos esto fue lo que interpreté yo de la visita de Julián Gallo a la escuela de periodismo TEA.

La verdad es que a mí no me produjo nada, o mejor dicho me produjo estar más contenta de mi postura NO CIBERNAUTA en la vida. Julián hablaba de la importancia de los blogs en el periodismo, la relevancia de estar conectados constantemente y actualizados.

Yo todavía disfruto de leer un diario en papel, de ver las fotos impresas en portaretratos y de ver un VHS en la vídeo, esta bárbaro dar vuelta un cassette con la lapicera e ir a comprar la púa para el toca disco. Me encanta ver a Mirta Legrand en mi tele de 14 pulgadas marca Grundy y jugar al juego de la vida con mis amigas. Yo todavía comparto campeonatos de baleros con mis primos y aprender el punto cruz con mi abuela Chola.

La verdad es que no hago todas estas cosas, pero peor me parece estar todo el día frente a una computadora EMOCIONANDOME si tal actualizó o ver que nuevo video sube Zanoni, eso me parece patético.

Por eso no saco nada lindo de la charla de Gallo. Podrán decirme que es lo nuevo en el periodismo, y que todo se va a volver así, digital. Yo por lo pronto voy a seguir con mi romántica idea de que la tecnología hace buenas cosas, pero también nos hace cerrados, antisociales y totalmente dependientes. Y para vicios hay cosas más interesantes.



Paula Bertolini